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Ecuador en las Noticias

¡Una sabatina en Nueva York costó cerca de 700 mil dólares!

01/05/2018 4Pelagatos - Martín Pallares

El dinero, dice, fue entregado a la empresa a la que el gobierno ecuatoriano había entregado algo más de 6 millones de dólares para que organice la campaña “La mano negra” de Chevron

Foto: 4Pelagatos Foto: 4Pelagatos

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Entre las cosas por las que Fernando Alvarado deberá responder tarde o temprano están los gastos indiscriminados, abusivos, excesivos e ilegales que hizo para el montaje y producción de las sabatinas de Rafael Correa. En un reciente informe de Contraloría, que habla sobre esas irregularidades, hay un caso muy peculiar que evidencia la forma en que Alvarado actuaba mientras era el funcionario más importante del aparato de propaganda del correísmo: los gastos que se hicieron para armar el enlace 369 en el cual Correa, como era su costumbre, cantó, bailó, insultó y se lanzó flores. Todo esto con una peculiaridad: la transmisión se hizo desde Nueva York, con los costos  adicionales que obviamente eso significa.

Si bien la Contraloría anota en su informe que los gastos fueron hechos sin procedimientos legales ni justificativos, lo más llamativo del documento es ver cómo, sin rubor ni decencia, se gastó a manos llenas en ese acto de vanidad y propaganda política que fue un emblema del ejercicio de poder durante el correato. Las tres horas de show de Correa desde Nueva York, a donde había ido por una gira a universidades de los EEUU, costaron a los ecuatorianos 678 900 dólares.

El desglose de gastos, incluido en el informe de Contraloría, es una ventana que permite conocer el desquiciado e irresponsable gasto que hubo durante el correato en la promoción y en el culto a la personalidad de Correa. Únicamente por el alquiler de sillas, mesas y manteles se pagó muy cerca de 50 mil dólares, lo que resulta impresionante cuando en el video del enlace se ve que los más o menos cien asistentes a la sabatina apenas si tenían sillas para sentarse para ver a Correa hablar. Manteles y mesas, ni por asomo.

La asistencia de la gente tampoco parece haber sido gratuita: en el informe se dice clara y meridianamente que la presencia de “100 voluntarios” costó 7 500 dólares; es decir que a cada uno de los “voluntarios” que asistieron en calidad de partidarios de Correa se les entregó 75 dólares para ver el show. Como había que asegurarse de que el Presidente no sufriese un atentado también hubo que contratar a un equipo de seguridad de 50 personas que, además, tenía que estar armado y tener un sistema para detectar mentales. ¿Cuánto costó la seguridad para esa sabatina? 4 599 dólares.

Una sabatina hecha en Nueva York también exigía que haya algarabía y mucho color para transmitir al Ecuador una imagen de alegría y respaldo popular.  No bastaba, pues, contratar a 100 “voluntarios” sino que a ellos había que proporcionarles banderas, camisetas y posters para que exhiban a las cámaras. Para eso hubo que desembolsar 10 994 dólares. Claro, que los voluntarios lleven camisetas polo de Alianza País era un detalle indispensable para crear el clima adecuado.

El enlace conllevaba otros gastos de envergadura que solo se explican por haber sido hecho en Nueva York y no en cualquier rincón del Ecuador. Por ejemplo, había que asegurar las instalaciones, lo que costó 800 dólares o contratar el escenario que no podía ser cualquier cosa: 20 000 dólares para la explanada del New York Hall of Science en Queens. Además un sistema para seguridad de incendios que significó el pago de 6 668 para los 25 oficiales contratados.

Hacer uno de estos enlaces desde tan lejos tiene también su costo de transmisión y eso es, realmente, lo más gordo. Para la unidad móvil, el alquiler de satélite, el webcast y el montaje se pagó la bicoca de 393 602 dólares.

El informe de Contraloría trae un detalle no menos llamativo que el de los casi 700 000 dólares pagados para hacer la sabatina desde tan lejos. El dinero, dice, fue entregado por el consulado ecuatoriano en Nueva York a la empresa Mcsquared para que monte el espectáculo. Lo notable de este dato es que Mcsquared es una oscura empresa de relaciones públicas montada por unos ecuatorianos estrechamente vinculados al gobierno de Correa y a él mismo, pues su principal accionista, María Garay, había sido su amiga de infancia. Se trata, además, de la empresa a la que el gobierno ecuatoriano había entregado algo más de 6 millones de dólares para que organice la campaña “La mano negra” de Chevron, llevando artistas al Ecuador para que participen en la cruzada en contra de la petrolera en la que estuvo embarcado el gobierno ecuatoriano. Dany Glover, Mia Farroy y Darryl Hanna fueron algunos de los artistas que viajaron al Ecuador pagados por Mcsquared. Los gastos hechos por Alvarado a favor de Mcsquared fueron santificados a su debido tiempo por la Contraloría del ahora prófugo Carlos Pólit.

Según la Contraloría, los gastos hechos para la sabatina no fueron hechos de acuerdo a las normas de gasto público y no existen registros de cómo se hicieron. No se sabe si Mcsquared en realidad realizó los gastos detallados o no. “No se sabe precios, ni referencias, ni análisis, ni evaluación del uso de los recursos transferidos”, dice el informe de Contraloría. Además, Mcsquared prácticamente ha desaparecido desde que estalló el escándalo de los seis millones para la campaña “la mano negra”. Esto quiere decir, en otras palabras, que nunca se sabrá si ese dinero en efecto fue utilizado como dijo el consulado del Ecuador. Si en realidad la sabatina costó la barbaridad de casi 700 mil dólares o si parte de ese dinero se desvió para otro lugar es algo que muy difícilmente se podrá saber.

La sabatina en Nueva York se realizó el 12 de abril del 2014 cuando Correa había ido a los EEUU para una gira por algunas universidades, entre esas Harvard, MIT y Yale. En esa ocasión, actuó el grupo musical Chota, al que supuestamente se le pagó 900 dólares por la canción que tocó al inicio del enlace. Estuvieron presentes Guillaume Long, René Ramírez, Xavier Lasso y Nathaly Celi. Paradógicamente, Correa en su intervención criticó a los ricos ecuatorianos por sacar el dinero del país cuando su sabatina implicaba precisamente la salida de una buena cantidad de dinero del Ecuador.  En el video de ese enlace se escucha, además, a los presentes gritar “¡reelección!, ¡reelección!”, a lo que el entonces presidente respondió con una sonrisa cómplice y un “no hagan sufrir más a los sufridores”.

El informe de Contraloría se hizo sobre cuatro enlaces hechos en el exterior. Éste de Nueva York, uno en España y dos más en Italia. En total, por los cuatro, se pagó 1’370 960 dólares que fueron transferidos desde el Ecuador a los consulados que, a su vez, hacían los pagos que creían pertinentes.  Según el organismo de control, nunca se presentaron los documentos que certifiquen los gastos y jamás se hizo un proceso legal de contratación. En el informe de Contraloría únicamente se desglosan los gastos de la sabatina en Nueva York.

La vanidad de Correa y los intereses económicos detrás de cada sabatina convirtieron a estos espectáculos en un ritual imprescindible del aparato de propaganda correísta.  La sabatina semanal tenía que hacerse, sin importar dónde estaba el presidente ni cuánto costaba. Al fin y al cabo a ellos nada les costaba y la sensibilidad en el gasto de los dineros públicos era algo absolutamente inexistente.

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