Ecuador en las Noticias
Todos deberíamos exigir que los jueces correístas sean destituidos
El ex Presidente Osvaldo Hurtado charló con 4P. sobre la corrupción, la responsabilidad de Rafael Correa en este tema, la falta de transparencia del gobierno de Moreno y el problema estructural que representa ese fenómeno para el país. Él es menos crítico con la sociedad contemporánea y encuentra incluso motivos de esperanza en las redes sociales y los medios digitales. Aquí el texto completo de su entrevista.
El volumen de la corrupción que se revela muestra que esta es una de las mayores, si no la mayor crisis moral en la historia del país. ¿Coincide usted con esto?
Pienso que sí. Desde que he participado en la vida pública nacional, desde el año 1964 y que, de alguna manera, he dedicado mi vida al estudio y a la reflexión sobre la historia ecuatoriana, no encuentro ninguna época en que la corrupción haya sido peor que hoy. Sistemática y generalizada. Ahí hay un gran culpable que es Rafael Correa. No solo por la corrupción de él mismo –y queda por descubrir dónde está su dinero– sino porque él creó condiciones para convertir al presupuesto del Estado y al dinero de los contribuyentes en un saco roto. Eliminó el concurso de precios, las licitaciones y otorgó, mediante una reforma legal, la facultad a todos los funcionarios o autoridades del Estado, a declarar emergencias y valerse de ellas para contratar directamente. Eliminó la participación del Contralor y del Fiscal en la observación de los contratos que hacían los funcionarios del Estado para ordenar compras o para realizar obras. Persiguió a líderes políticos y a periodistas que investigaron la corrupción de su gobierno. Y él mismo, que es lo peor que puede hacer un presidente, con su conducta demostró que el dinero público no era de los contribuyentes sino suyo. De él y Alianza País. Cosa que se ha demostrado a propósito del financiamiento de sus campañas electorales y con la forma liviana como él públicamente gastó el dinero en fiestas, en viajes personales. El último elemento de este tema es que presidentes honrados tienen ministros honrados y funcionarios y legisladores honrados. De lo que hay varios ejemplos en estos 40 años. Presidentes corruptos como Correa tienen vicepresidente corrupto, ministros corruptos, diputados corruptos como son buena parte de Alianza País.
En el reparto de los hospitales, hay evidencias de que esa práctica empezó en el gobierno de Correa. Pero también hay evidencias de que el gobierno de Lenín Moreno mantuvo ese reparto. El presidente dice no saber nada. ¿Usted le cree?
Moreno tampoco ha sido un modelo de transparencia. Y también ha enviado el mensaje cuando fue vicepresidente que el dinero público puede servir para beneficios personales como fueron los casos de cobrar suculentos honorarios, pagados por el Estado, para contar chistes. O vivir en Ginebra varios años pagado por el Estado en contra de la ley para no hacer nada, que era una forma de piponazgo. O hacer pagar viáticos a miembros de su familia y a su entorno por millones de dólares cuando fue vicepresidente de la República. Tampoco envió el mensaje de transparencia que han enviado otros presidentes de la Republica absolutamente escrupulosos en la gestión de los dineros públicos. Y cierto es, debo admitir, que si no él hubiera tomado las medidas que tomó, en este momento la justicia y la Fiscalía estaría protegiendo a Correa. Afortunadamente la segunda lo persigue como debe hacerse con un delincuente, como lo está haciendo la señora Fiscal, Diana Salazar.
Precisamente hay jueces que se han quejado de la supuesta intromisión de la Fiscal General que criticó la acción de algunos de ellos porque, a su parecer, fueron benignos con los acusados en la compra con sobreprecios de insumos médicos. ¿Ve usted un aparato de justicia acorde a las circunstancias?
Mientras ha habido cambios de cierta significación en la Fiscalía, comenzando con quién es la Fiscal General, no ha sucedido lo mismo con los magistrados de la Corte Nacional de Justicia, de las cortes provinciales, de los tribunales penales y de los juzgados que fueron puestos en esos lugares por ese Consejo de Transición que formó Correa, luego de una Consulta Popular, en la que dijo que metería las manos en la Justicia. Y señaló a tres colaboradores suyos para que despidieran a jueces de carrera y pusieran a amigos del gobierno. Muchos de ellos continúan ahí. Y creo que el actual Consejo de la Judicatura debería sufrir una movilización nacional para exigirle que purifique esa función judicial en la que existen muchos validos de Correa. O comprometidos con la corrupción de otros funcionarios como se ha podido ver en los últimos meses y nada menos que la Fiscal, en quien los ecuatorianos confiamos, ha emitido una voz de alarma:
Alguna cosa en la que deberíamos estar de acuerdo todos los líderes políticos, todos los expresidentes, todos los partidos y todos los diputados es esta: exigir que los jueces correístas sean destituidos porque no son jueces independientes. Ellos están para proteger a Correa, Glas, a sus ministros, a sus diputados y a sus parientes.
Leer más aquí