Opinión
‘Sonido de Libertad’, la película
“Un niño abusado, muy posiblemente será un niño o adolescente que termine vinculado a redes de narcotráfico, delincuencia u otros”
“Un niño abusado, muy posiblemente será un niño o adolescente que termine vinculado a redes de narcotráfico, delincuencia u otros”/ Foto: El Oriente
Con mucha expectativa, ante los comentarios, espere para poder ver la película ‘Sonido de Libertad’. No lo puedo negar, salí bastante impactado por la trama de esta, y más aún cuando esta no solo habla de un problema real de la sociedad, sino que también trata de casos reales suscitados en Ecuador.
Los llamados negocios ilegales, como se los puede denominar, donde incluye minería ilegal, narcotráfico, tráfico de armas u otros, que tratan de bienes materiales, son repudiables. Cuando la mercancía es el ser humano, la situación ya no sabría cómo califícala, y menos aún, cuando se trata de niños de hasta 10 años.
Una de las frases de mayor impacto, para mí, al menos, que se menciona en la película, se refiere a que un kilogramo de cocaína se lo puede comercializar una sola vez. Sin embargo, a un niño se lo puede hacer varias veces en un mismo día, y de ahí, el lema de la película es “Los niños de Dios no están en venta”.
Revisar el tema dentro de una sala de cine, siempre guarda un halo de fantasía y ausencia de realidad, pero cuando lo proyectado es de la vida real, y luego revisamos estadísticas, vemos que la situación es muy grave, y no solo en el ámbito de abuso a niños, sino principalmente en cómo se han deteriorado lo valores más básico de una sociedad, que, a sabiendas de esto, prefiere callar.
Me atrevo a decirlo, por el hecho que los acontecimientos, que no están en la película, y que son narrados al final de esta, sucedidos en las costas de Manabí, no fueron conocidos por la gran mayoría.
Un niño abusado, muy posiblemente será un niño o adolescente que termine vinculado a redes de narcotráfico, delincuencia u otros.
Mucho se habla que la niñez es el futuro de la sociedad y de los países, por tanto, hay mucho que hacer, para que ese futuro sea próspero y no un futuro de dolor.
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