Segunda vuelta en Ecuador: entre la incertidumbre y la desilusión

El reflejo de un Ecuador atrapado entre el pasado y la falta de visión de futuro

El resultado electoral en Ecuador refleja la situación del país: incertidumbre y desilusión. Incertidumbre, puesto que el resultado empatado completamente de los dos principales candidatos que pasan a segunda vuelta, deja claro que no se sabe quién ganará en abril y eso provoca que durante dos meses la economía del país estará completamente paralizada. 

Porque, por desgracia, la economía del Ecuador depende en gran parte de la política y eso es, precisamente, lo que habría que solucionar. Y desilusión, porque no es que los dos candidatos han ganado por las propuestas ilusionantes sobre seguridad o empleo que han hecho a los jóvenes o a los ciudadanos, no. Han ganado porque la otra mitad del país piensa que es menos peor que lo que teníamos antes. 

Así que al final el debate se reduce a aquellos ecuatorianos que quieren volver al correísmo porque probablemente en sus propios bolsillos hayan vivido que en aquella época vivían mejor, y aquellos ecuatorianos que no quieren eso y desean seguir con el noboísmo, esta situación que no provoca realmente un despegue de seguridad o de empleo, pero que todavía un año después sigue provocando promesas. 

La situación es bastante triste porque los ciudadanos se merecen más que esas disputas de la política o que algunos videos de TikTok. Los ciudadanos se merecen propuestas reales que ayuden a mejorar la difícil situación que viven, no basándose en proyectos de pasado, sino con una propuesta de futuro ilusionante y creíble. 

 

 

 

 

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