Ecuador en las Noticias
Se descubre la “verdad”: Soy de la CIA y voté el 2014
Les voy a contar una historia increíble. Mejor dicho, dos historias increíbles.
Hace un tiempo, recibí la llamada de un empleado del Consejo Nacional Electoral que se encontraba de paso por Miami. Me pidió que nos reuniésemos; tenía algo importante que decirme. Yo debía, eso sí, guardar su nombre en reserva.
Me contó que yo aparecía en los padrones electorales como uno de los ciudadanos que votó en las elecciones de febrero del 2014, a pesar de que la ley nos prohíbe a los empadronados en el extranjero que votemos cuando se trata de elecciones seccionales.
Me explicó, también, que la única manera de demostrar que habían usado mi nombre era que yo viajase a Guayaquil a solicitar mi certificado de votación; algo que por supuesto yo no pensaba hacer. Recordaba todavía cuando Correa me gritó ante las cámaras que si me veía en la calle me caería a patadas. “Si estimas tu vida, ni te aparezcas”, era el mensaje.
Busqué otro modo de probar la estafa, con la mayor reserva. Se corría el peligro de que la noticia se filtre y los autores del fraude borren sus huellas.
Hace unas semanas, recibí una extensa documentación. El señor William Murillo, a quien tampoco conozco, había descubierto que su mamá, que vive en Nueva York, fue víctima del mismo fraude. Era un caso distinto al mío, porque ella no registró su cambio de domicilio, así que seguía constando en los padrones como residente en Ecuador. Hace poco volvió al país y quiso regularizar su situación. En las oficinas del Consejo Nacional Electoral le contaron que ella sí había “votado” el 2014.
Por esos días, sin embargo, yo tenía la cabeza en otro asunto. Telesur, Correa, El Telégrafo y todo el aparato propagandístico oficial se hallaban empeñados en probar que soy agente de la CIA, junto con otros agentes que también fungen de periodistas, bajo las órdenes de Karen Hollihan. Mi tarea como agente, al parecer, es escribir estos boletines.
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