Opinión
Por una minería pacífica y democrática
Ecuador enfrenta un aumento preocupante de la violencia en torno a la actividad minera
Los graves sucesos violentos de palo quemado en Ecuador nos llevan a replantearnos toda la legislación minera y los derechos de explotación, porque esta empresa ya tiene una licencia para poder operar en esa comunidad y la ley le obliga de manera bastante cuestionable. Asocia usarlo con la comunidad y que la comunidad pueda votar sobre si quiere o no quiere que se produzca esa explotación.
Y los autodenominados ecologistas, indigenistas, en realidad ultraizquierdistas violentos, están impidiendo que ni siquiera se lleve a cabo la información a la comunidad para que puedan decidir democráticamente si quieren o no quieren que se produzca esa explotación, porque los violentos están impidiendo que se produzca esa información y por tanto, esa votación y con ello la posibilidad de crear empleos y de crear prosperidad para esa comunidad y para todo el Ecuador.
Por tanto, es exigible que cese la violencia inmediatamente y es exigible que se produzca esos procesos de solicitud, sociabilización en esa comunidad, como en todo el Ecuador, sobre las ventajas que traería la minería, primero para la prosperidad de aquellos que encuentren empleo y en segundo lugar, para todo el Ecuador en su conjunto. No podemos permitir que la violencia nos impida tener los debates democráticos.
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