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Peor que el cierre de una fábrica es no aprender las lecciones de por qué cierran las fábricas
La clausura de la principal ensambladora de automóviles del Ecuador es un verdadero desastre.
El cierre de la principal ensambladora de autos en Ecuador es un desastre debido a trabas excesivas. Si bien el cierre de una fábrica es una tragedia, no aprender de tales cierres es aún más trágico.
— El Oriente (@ElOrienteEc) May 21, 2024
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El cierre de cualquier empresa es una tragedia, tanto para los inversores como para los empleados y los clientes. La clausura de la principal ensambladora de automóviles del Ecuador es un verdadero desastre. El problema radica en que, si no comprendemos correctamente las razones detrás de esta situación y realizamos un diagnóstico erróneo, las soluciones que propongamos no solo no resolverán el problema, sino que lo agravarán. ¡Esto es inaceptable!
La principal ensambladora de autos de Ecuador no ha cerrado por falta de apoyo gubernamental, sino por las excesivas dificultades impuestas por el gobierno para operar en este país. Según la Asociación de Empresas Automotrices del Ecuador, más del 50% del precio de un automóvil se compone de impuestos. En otras palabras, más de la mitad del costo de un vehículo se destina al Estado.
Un automóvil que podría costar $31,000 en la aduana, termina costando $65,000 en el mercado ecuatoriano. Lo que necesitamos es liberalizar el sector automotriz para que las personas de clase media puedan acceder a un automóvil, mejorando así su libertad y calidad de vida. Además, es fundamental proporcionar facilidades para la producción en nuestro país.
Debemos implementar una mayor flexibilidad laboral, facilitar la contratación y eliminar el infierno burocrático e impositivo en el que vivimos en Ecuador. Que cierre una fábrica es una tragedia, pero no aprender las lecciones de un cierre es aún más trágico.
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