Ecuador en las Noticias
Moreno y su Canciller temen mirarse al espejo
Silencio en la Presidencia, silencio en la Cancillería: el caso de Nicolás Maduro ha puesto en jaque al gobierno de Lenín Moreno.
Silencio en la Presidencia, silencio en la Cancillería: el caso de Nicolás Maduro ha puesto en jaque al gobierno de Lenín Moreno. Ese silencio se debe, dijo María Fernanda Espinosa en Pereira, al final del gabinete binacional con Colombia, a conversaciones internas en el gobierno. Es una explicación raquítica pero suficiente para entender que en la Presidencia hay conciencia del desfase que existe entre la posición oficial sobre Venezuela y los efectos que causa hoy la dictadura puertas adentro y puertas afuera. Para comprobarlo, basta con leer la declaración del Grupo de Lima que dice, entre otras cosas, que Maduro no será bienvenido a la VIII Cumbre de las Américas.
La posición del gobierno Moreno, basada en la teoría vetusta de la soberanía absoluta de los estados, quedó fuera de lugar: es impresentable a la luz de los eventos políticos y sangrientos producidos por la dictadura. Es improductiva por carecer de aliados suficientes para pesar a favor de Maduro. Es inútil porque se limita a avalar el statu quo que es insostenible. Es contraria a los valores y derechos que Ecuador suscribió ante los organismos internacionales. Es aislacionista porque, en los hechos, el gobierno de Moreno hace parte del puñado de gobiernos que siguen protegiendo al dictador. En definitiva, la Cancillería está fuera de foco porque sigue administrando la política diseñada por el correísmo que nunca previó criticar, peor censurar, la dictadura chavista y madurista.
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