Los efectos en la economía por la paralización de los oleoductos

Los 3 oleoductos ecuatorianos dejaron de funcionar.

El Sistema de Oleoductos Transecuatoriano (SOTE), el Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) y el Poliducto Shushufindi-Quito han paralizado sus actividades debido al derrumbe de un puente en el río Marker, en la provincia de Napo.

La situación ha obligado al Gobierno a declarar la cláusula de fuerza mayor en el sector petrolero, que busca proteger al Estado frente a posibles incumplimientos en contratos debido a un evento natural que no estaba previsto.

Pero ¿Qué efectos puede tener en la economía esta situación?

La primera es la paralización en la producción de algunos pozos petroleros. Petroecuador informó que algunos campos deberán dejar de bombear crudo ante la falta de funcionamiento de los ductos, que permiten el transporte del petróleo desde la Amazonía hasta Esmeraldas.

El Gobierno también deberá gastar más en importación de combustibles. Ante la falta de crudo, las refinerías locales no podrán producir combustibles en las cantidades habituales, obligando a comprar más derivados de petróleo en el exterior para el abastecimiento local.

También hay otro gasto: la implementación de las variantes de los oleoductos. La infraestructura debe ser instalada para hacer frente a la caída del puente y evitar la erosión que amenaza la zona.

Tanto por importación de derivados, como por reparaciones, Ecuador gastará unos $ 15 millones. Esta cantidad puede subir, si se alarga el período de adecuaciones de la infraestructura.

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