La dura realidad de la cooperación al desarrollo

Ayuda al desarrollo: una crítica a la cooperación internacional como herramienta ideológica e ineficiente

Mientras en España, cientos de miles de personas, todavía no reciben ayuda del gobierno tras las catastróficas riadas de Valencia. El gobierno de Pedro Sánchez anuncia $ 400 millones?de euros que va a destinar a la cooperación, al desarrollo, a los países más pobres. Entre ellos $ 100 millones que promete para Ecuador en cuatro años, en áreas como la igualdad de género, el desarrollo rural territorial, la acción por el clima y mejorar la calidad de la administración pública.  

Fíjense en todo lo que no está, porque ninguno de los principales problemas de los ecuatorianos es objeto de la ayuda al desarrollo del Gobierno de España. No se habla de paliar la pobreza, de la seguridad dando formación a las Fuerzas Armadas, no se habla de la desnutrición crónica infantil, del fomento a las empresas, de la creación de empleo, de las infraestructuras por ejemplo de agua, no se habla de la electricidad, no se habla de nada.  

Porque en el fondo, la ayuda al desarrollo no es que los países ricos ayudan al desarrollo de los países pobres, la ayuda al desarrollo es tan solo, que los políticos de los países ricos le quitan el dinero de los impuestos a los pobres de los países ricos, para dárselo a los ricos de los países pobres, a través de estructuras nefastas de los países ricos a los problemas reales de los países pobres.  

Y no esa cooperación ideologizada, ineficiente y corrupta. 

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