La Deuda: el gran elefante blanco en la habitación de la economía mundial

La realidad es que no se va a poder parar esta bola de deuda que hemos generado

La realidad es que no se va a poder parar esta bola de deuda que hemos generado / Foto: El Oriente

 

 

 

 

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Buenas. Se realiza los análisis económicos sobre el año que entra y la inmensa mayor parte de ellos parece obviar el elefante en la habitación y parecen obviar el gran problema de la economía internacional. Parecen obviar la gran realidad en la que vivimos. Y es la deuda, nada más y nada menos que la deuda, porque parece que nos hemos instalado en la economía de la deuda.

La deuda que en primer lugar genera el gobierno de Estados Unidos, con su déficit crónico y su incapacidad de equilibrar su presupuesto, que se traslada también a los gobiernos de América Latina con déficit crónicos, a los gobiernos de Europa y Asia con déficit crónicos, déficits que van generando más y más deuda. Deuda que también se traslada a las empresas privadas y a los ciudadanos.

La realidad es que no se va a poder parar toda esta gran bola de deuda que hemos generado y que seguiremos general. Y puesto que tenemos esta gran bola de deuda que cada vez hace más y más grande, básicamente tenemos que afrontar que los años que quedan hay poquitas soluciones o generamos un montón de inflación para pagar en términos nominales pero no reales, la deuda que vivimos o generamos quiebras masivas o generamos una situación de estanflación, es decir, estancamiento de la economía que no crece más inflación y así en cierto modo camuflados.

Gran parte de esa deuda. Esa es la realidad. Y tenemos que hablar de ello, porque cuando se habla del crecimiento del PIB de los países, no se está señalando que el PIB no incluye la deuda. Por tanto, puede que el PIB crezca, pero puede que crezca a base de endeudarse. Por tanto, serán problemas a futuro porque esa deuda no es productiva.

A mí no deja de sorprenderme lo poco que hablamos en economía del gran elefante en la habitación, que es el gran problema de la deuda crónica en la que vivimos.