¿Frecuencias para los que se portaron bien?

Un total de 706 solicitudes se presentaron en el concurso para adjudicar 1472 frecuencias de radio y televisión. Un proceso que ha estado marcado por las críticas y el pedido, desde varios frentes, para que se suspenda, debido a la cercanía de las elecciones y a los claros lineamientos políticos que cumplen las autoridades encargadas de la selección.

Foto: Focus Ecuador

Un total de 706 solicitudes se presentaron en el concurso para adjudicar 1472 frecuencias de radio y televisión. Un proceso que ha estado marcado por las críticas y el pedido, desde varios frentes, para que se suspenda, debido a la cercanía de las elecciones y a los claros lineamientos políticos que cumplen las autoridades encargadas de la selección.

A Ecuavisa le ha ido mal las últimas semanas en su relación con el gobierno. Al entrevistador Alfredo Pinoargote, el superintendente de Comunicación Carlos Ochoa le envió por escrito un llamado de atención por haber interrumpido al ministro del Interior José Serrano en el programa Contacto Directo. Pinoargote, también por escrito, rechazó la amonestación y responsabilizó del incidente al aire -que incluyó gritos de parte y parte- al funcionario, por una polémica que surgió a raíz de declaraciones suyas sobre el índice de impunidad en casos de narcotráfico en el país.

Casi a día seguido, la Supercom volvió a enfilar contra Ecuavisa. Esta vez contra su presentador de la noche, Alfonso Espinosa de los Monteros, quien había hecho un comentario crítico a propósito del tercer aniversario de vigencia de la Ley Orgánica de Comunicación. La réplica respectiva se vio en el mismo espacio de noticias.

La tercera pugna pública ocurrió en el programa dominical Visión 360. Allí se transmitió una réplica de quince minutos de la estatal Petroamazonas, por un reportaje difundido anteriormente. El equipo de Ecuavisa había pedido entrevistas durante varias semanas y nunca tuvo una respuesta positiva.

“No es un buen momento para agitar el avispero”, dijo uno de los periodistas involucrados de Ecuavisa en estas recientes confrontaciones con el discurso oficial. Y se refiere a que Ecuavisa también compite por una frecuencia de televisión de señal abierta en el concurso público que el gobierno abrió en abril pasado. Un concurso en el que puede ganar o perder.

Un concurso en el que muchos de los interesados consideran que pesarán los antecedentes conflictivos y el certificado de buena o mala conducta que tienen en sus manos las autoridades con capacidad de decisión. Un concurso en el que estas mismas autoridades están alineadas a las políticas del gobierno de Correa y que, incluso, repiten parte de sus discursos en la pugna permanente que mantiene con los medios de comunicación no oficiales.

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