Opinión
Estamos olvidando lo más importante: la natalidad
Nuestras sociedades occidentales se están suicidando y se están suicidando por inanición, por puro cansancio.
¿Estamos luchando por la vida que queremos? La baja tasa de natalidad en sociedades occidentales nos hace reflexionar sobre el propósito de nuestra lucha por prosperidad y libertad.
— El Oriente (@ElOrienteEc) May 14, 2024
La opinión de @luisesgo en su columna semanal para El Oriente pic.twitter.com/CGrshnfXDx
En esta columna, expreso con profunda indignación los obstáculos que el gobierno impone a nuestra capacidad de prosperar, a nuestra calidad de vida y a nuestra libertad. Sin embargo, surge una pregunta crucial: ¿Cuál es el propósito detrás de todo esto?
La respuesta debería ser evidente: para fomentar una existencia más plena, para promover la vida en su plenitud. Lamentablemente, nuestras sociedades occidentales están enfrentando un suicidio gradual, un agotamiento que nos está consumiendo. Los datos son alarmantes y, sin embargo, parecemos reacios a abordarlos. La tasa de natalidad no es suficiente para mantener la población actual en Occidente. Las mujeres no están teniendo, al menos, dos hijos, lo cual es necesario para mantener un equilibrio poblacional.
En Ecuador, actualmente, el promedio de hijos por mujer se sitúa en dos, pero en el año 2000 era de tres. Esta disminución es alarmante y nos encamina hacia una situación en la que no podremos sustituir la población. Y esto no está relacionado únicamente con el nivel de ingresos. En países como Europa o España, con una mayor riqueza, la tasa de natalidad es aún más baja, alcanzando apenas 1,1 hijos por mujer.
En contraste, en países como Nigeria, que tienen un nivel económico considerablemente más bajo, la tasa de natalidad es de cinco hijos por mujer. La realidad es que debemos luchar por alcanzar una mayor prosperidad, por conquistar una mayor libertad, pero ¿para qué luchamos realmente? Para que la vida florezca. Lamentablemente, esto está quedando en el olvido, ya que apenas hay nacimientos.
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