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Erosión del río Coca amenaza complejo de obras estratégico
Las aguas del río Coca se desplazan rápidamente carcomiendo los taludes y su propio cauce en la zona del volcán El Reventador (entre las provincias de Napo y Sucumbíos).
Las aguas del río Coca se desplazan rápidamente carcomiendo los taludes y su propio cauce en la zona del volcán El Reventador (entre las provincias de Napo y Sucumbíos). Este comportamiento, denominado erosión regresiva, amenaza con destruir un complejo de infraestructura petrolera, vial e hidroeléctrica, valuado en miles de millones de dólares, ubicado en el sector. Solo los ductos OCP ($1400 millones), SOTE ($900 millones) y la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair ($2000 millones) suman $4300 millones y podrían resultar afectadas.
El fenómeno se evidenció el 2 de febrero pasado en lo que era el hermoso salto de agua de San Rafael. Ese día la cascada desapareció, pero el agua se abrió otros caminos.
Así, dos meses después, el 7 de abril, la fuerza del líquido causó el hundimiento de tierra que rompió los tres ductos, causando la paralización del bombeo de crudo y una afectación ambiental importante.
Ahora, el problema se encuentra en el cruce de los ríos Montana y Coca, a unos 2000 metros del problema inicial, en la antigua cascada.
Con tomas de drones se ha verificado cómo un nuevo salto de agua de al menos 60 metros genera un socavón que apenas está separado por 25 metros de la carretera Lago Agrio-Quito (en el tramo de los kilómetros 67 al 70). Paralelos a la carretera también corren los oleoductos.
Roque Proaño, especialista geotécnico de la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, asegura que no se puede predecir si la erosión llegará efectivamente a afectarla. Lo que se conoce es que esta se halla a 17,5 kilómetros de la obra de captación de El Salado (cuyo costo fue de $255,8 millones) y que sería el único sector que podría afectarse de darse el caso.
Ante esta situación, Petroecuador, Oleoducto de Crudos Pesados (OCP), Celec y el Ministerio de Transporte y Obras Públicas han prendido las alertas para monitorear el fenómeno e iniciar obras de mitigación o buscar nuevas soluciones.
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