Amazonía Perú
El narcotráfico y la deforestación amenazan la frontera entre Perú y Brasil
Las comunidades indígenas y los ecosistemas están en riesgo
El informe también resalta la falta de acción del gobierno peruano para proteger a las comunidades indígenas / Foto: cortesía
Lima- La frontera entre Perú y Brasil enfrenta una creciente crisis ambiental y social debido al avance del narcotráfico y la deforestación, según una investigación publicada por el portal Dialogue Earth. El cultivo de coca y la tala indiscriminada en las zonas de amortiguamiento del Parque Nacional Sierra del Divisor, un área de alta biodiversidad, ponen en riesgo no solo los ecosistemas, sino también la seguridad de las comunidades indígenas cercanas.
Líderes locales y organizaciones no gubernamentales demandan una mayor protección para los defensores ambientales y los territorios afectados. Saúl, un monitor forestal del pueblo shipibo, confirmó que los sembríos de coca han llegado a los límites de la comunidad indígena Saasa y otras áreas vecinas.
El jefe de Saasa, Iván Agkuash, denunció que su comunidad se ha convertido en un corredor para el narcotráfico, con los llamados “mochileros” transportando droga desde Brasil. A pesar del riesgo, los residentes han optado por evitar enfrentamientos directos con los criminales, mientras los cultivos ilícitos continúan expandiéndose.
En otras comunidades como San Mateo y Guapries, también se reportan altas tasas de deforestación y presencia de cocales. Global Conservation, una organización internacional dedicada a la conservación de bosques, estima que en San Mateo se han perdido al menos 50 hectáreas de bosque primario en los últimos meses.
El informe también resalta la falta de acción del gobierno peruano para proteger a las comunidades indígenas y sus territorios. Aunque el Mecanismo de Protección para Defensores de Derechos Humanos está vigente, expertos como Katherine Sánchez, de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental, señalan que su alcance es limitado.
La ausencia de una legislación integral, como la que podría derivarse de la ratificación del Acuerdo de Escazú, deja a los líderes indígenas vulnerables ante amenazas y represalias.
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