El despilfarro correísta le ha costado a Ecuador tres acuerdos con el FMI

Rafael Correa dejó el gasto público en 40,5 % del PIB. En seis años, esa cantidad ha caído apenas al 39,7 %

Juan Carlos Vega, ministro de Finanzas, se reunió con Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI / Foto: cortesía Ministerio de Finanzas

Quito- El Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció que llegó a un acuerdo a nivel técnico con Ecuador para un nuevo programa de financiamiento, que implicará $ 4.000 millones durante 48 meses o cuatro años.

Este es el acuerdo número 23 que Ecuador suscribiría con el FMI y es el tercero en apenas seis años, según los registros del organismo.

Ecuador decidió volver al FMI en 2019 tras dos décadas y en medio de problemas fiscales que aparecieron tras el ocaso del correísmo. El país llegó al FMI con la imposibilidad de adquirir deuda en el mercado financiero internacional, por su alto riesgo país y fama de mal pagador, y el fin de la época dorada del financiamiento chino, atado a ventas petroleras anticipadas.

El gobierno de Lenín Moreno clausuró las preventas petroleras con condiciones que han sido consideradas poco favorables para el país y con sobornos de por medio, juzgados en cortes de Nueva York y considerados como históricos en el mercado global de materias primas.

Para Jaime Carrera, secretario del Observatorio de la Política Fiscal, Moreno debió acudir al FMI debido a los desequilibrios fiscales que encontró tras una década de correísmo. El gasto público de Ecuador ha sido considerado como uno de los más altos de América del Sur y esa situación ha sido complicada de revertir, incluso por dos gobiernos que han acudido al FMI y sus programas de ajuste.

De acuerdo con los mismos datos del FMI, Correa dejó el poder, en 2017, con un gasto público equivalente al 40,5 % del Producto Interno Bruto (PIB), unos $ 40 mil millones. Seis años después, en 2023, y con dos acuerdos con el FMI, esa cantidad bajó al 39,7 % del PIB. Es la segunda cantidad más alta de América del Sur, únicamente superada por Brasil.

Carrera señala que durante los 10 años de Correa no se ahorró y se desacreditaron los fondos o “fonditos”, como los llamaba despectivamente el exmandatario, política que hubiera servido durante la pandemia de Covid-19, situación que ahondó más el problema fiscal de Ecuador.