Ecuador, ante el reto de frenar la violencia vinculada al narcotráfico, señala la ONU

La violencia relacionada con las drogas empezó a aumentar en 2018, principalmente entre bandas locales y en los centros penitenciarios.

La violencia relacionada con las drogas empezó a aumentar en 2018, principalmente entre bandas locales y en los centros penitenciarios./ Foto: cortesía

Viena, 4 mar (EFE).- Ecuador ha sufrido una explosión de la violencia desde que las bandas de narcotraficantes desviaran a su territorio algunas de las rutas de contrabando de droga, destaca la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) en su 'Informe 2024', emitido este martes en Viena.

"Ecuador ha notificado un marcado aumento de las tasas de homicidios que está vinculado al nivel sin precedentes del cultivo de coca en Colombia", indica la JIFE, el órgano autónomo del sistema de Naciones Unidas encargado de velar por el cumplimiento de los tratados internacionales en materia de estupefacientes.

Los motivos de que la violencia aumentara en más del 400 % entre 2016 y 2022 son el nivel sin precedentes del cultivo de coca en los países vecinos (sobre todo Colombia) y el uso de su territorio por los narcos dentro de las rutas hacia América del Norte y Europa, precisa el informe.

"El índice de homicidios en el Ecuador aumentó en un 94,7 % entre 2021 y 2022. Desde 2014, los mayores aumentos en las tasas de homicidio se han observado en las provincias costeras y las provincias vecinas, y se deben a la pugna entre organizaciones delictivas por las rutas de tráfico de cocaína", señala la JIFE.

Según el informe, los carteles del narcotráfico han variado en los últimos años sus rutas de contrabando hacia América del Norte y Europa, de forma que ahora recurren con más frecuencia a Ecuador, Brasil y Bolivia como países de tránsito.

En Ecuador, la violencia relacionada con las drogas empezó a aumentar en 2018, principalmente entre bandas locales y en los centros penitenciarios.

Desde entonces se ha extendido a todo el país a causa de las disputas entre grupos delictivos mexicanos, como el cartel Jalisco Nueva Generación y el clan albanés Farruku.

Las autoridades ecuatorianas han constatado que actuaban especialmente en las zonas fronterizas amazónicas, propicias para el tráfico de combustible que luego se utiliza en la fabricación de cocaína en ambos lados de la frontera.

Un reflejo del aumento del narcotráfico por el territorio ecuatoriano es la sostenida subida de los volúmenes de droga en los tres últimos años: tras superar las 200 toneladas en 2022, alcanzaron 219,2 toneladas en 2023 y en la primera mitad de 2024 se habían confiscado ya 149 toneladas, un 30 % más que en el mismo periodo del año anterior. EFE

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