Opinión
Controlar la perdida y desperdicio de alimentos nos beneficia a todos
Un tema que nos debe involucrar a todos como sociedad.
En términos globales se puede apreciar zonas en el planeta donde existe abundancia de alimentos y otras donde hay escasez. En el caso de Ecuador, se puede ver en las últimas décadas como la problemática de la Desnutrición Crónica se ha ido incrementando, al igual que la malnutrición en la sociedad, incluyendo los quintiles más ricos, temas que derivan en problemas para toda la vida y/o enfermedades crónicas.
La pregunta está en ¿si se debe producir más o si existe suficiente disponibilidad de alimentos en el mundo?, tema que para muchos puede sonar polémico o materia de un debate más profundo.
Es importante, en primer punto generar una diferenciación entre conceptos:
Perdida de Alimentos: Esto es lo que sucede en todo el proceso previo a que lleguen al punto de preparación. Producción, transporte, acopio, mercados, etc.
Desperdicio de Alimentos: Todo el proceso que se da en la cocina y lo que posterior a la mesa, queda en exceso y termina en basureros.
Para ambos casos, lo fundamental es mejorar los procesos de educación y capacitación, sea este con los productores primarios para mejorar procesos de cosecha y post cosecha, como para los procesos de almacenamiento, transporte y comercialización en lo largo de la cadena.
En el caso de los hogares y restaurantes, también el tema educativo es fundamental, para conocer las mejores formas de manejo de los productos, y las cantidades más adecuadas para que no se dé un desperdicio.
Lo más penoso, es que entre perdida y desperdicio de alimentos se pueden contabilizar cientos de miles de millones de dólares por año. Según la FAO, el monto supera los $ 400.000 millones por año.
Este es un tema que nos debe involucrar a todos como sociedad, propendiendo a tener una mejor distribución de los alimentos, que, además de solucionar un problema general, también evita pérdidas económicas para toda la cadena agroalimentaria.
Y solo para concluir, todos estos productos que se desperdician y que terminan en rellenos sanitarios y/o basureros, son generadores de gases efecto invernadero.
Controlar la perdida y desperdicio de alimentos nos beneficia a todos.