Amazonía Colombia
Colombia: La guerra en la Amazonía recrudece
Áreas protegidas han sido gravemente impactadas
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ONGs que invierten millones de dólares en conservación han tenido que suspender actividades / Foto: cortesía Mi Putumayo
Bogotá- Los enfrentamientos entre disidencias de las FARC han generado una nueva ola de violencia en la región amazónica de Colombia. Entre el 18 y el 19 de enero, en la zona rural de Calamar, Guaviare, un enfrentamiento entre el Bloque Amazonas, liderado por alias ‘Iván Mordisco’, y la estructura Jhon Linares, comandada por alias ‘Calarcá’, dejó un saldo de 20 personas asesinadas, incluidos seis menores de edad.
Aunque la atención mediática se centró en la crisis del Catatumbo, este hecho marca el recrudecimiento de una guerra en la Amazonía colombiana.
La Defensoría del Pueblo ha identificado más de una veintena de municipios en riesgo extremo debido a la expansión de estos grupos armados. En departamentos como Caquetá, Putumayo, Meta y Amazonas se han reportado enfrentamientos constantes. La ruptura entre ‘Mordisco’ y ‘Calarcá’ en agosto de 2024, tras la decisión del primero de abandonar las negociaciones de paz con el Gobierno, ha intensificado la disputa territorial, afectando tanto a la población civil como a los ecosistemas protegidos.
Mi Putumayo señala que las áreas protegidas de la Amazonía también han sido gravemente impactadas. Nueve de las 11 zonas de conservación en la región enfrentan serios problemas de orden público, lo que ha obligado a suspender el trabajo de los guardabosques. La Reserva Nukak y los parques nacionales Cahuenarí y La Paya son algunos de los más afectados. Además, los grupos armados han convertido la deforestación en un arma de presión, utilizando incluso venenos y drones para acelerar la destrucción de los bosques.
Las organizaciones ambientales y humanitarias que operan en la región también han visto limitadas sus acciones debido a las amenazas de los actores armados. ONGs que invierten millones de dólares en conservación han tenido que suspender actividades en zonas como Solano y Caquetá, debido al temor de la población y al riesgo para su personal. Incluso el Instituto Geográfico Agustín Codazzi ha enfrentado dificultades para actualizar el catastro en varias áreas de conflicto.
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