Medio Ambiente
Amazonía: Áreas protegidas y territorios indígenas albergan la mayor parte del carbono
El estudio identificó más de mil áreas que funcionaron como sumideros de carbono


Muchas de estas áreas enfrentan amenazas crecientes por deforestación y degradación / Foto: cortesía The Nature Conservancy
Quito- Una nueva serie de estudios del proyecto MAAP (Monitoring of the Andean Amazon Project) reveló que las áreas protegidas y los territorios indígenas de la Amazonía no solo albergan la mayor parte del carbono sobre el suelo, sino que han desempeñado un papel fundamental como sumideros de carbono en los últimos diez años. Según el análisis más reciente, basado en los datos avanzados de ‘Planet’s Forest Carbon Diligence’, estos territorios almacenaban en 2022 el 60 % del carbono total de la Amazonía, a pesar de cubrir menos de la mitad del bioma.
En total, las áreas protegidas y territorios indígenas amazónicos contenían 34.100 millones de toneladas métricas de carbono sobre el suelo en 2022, y aumentaron 257 millones desde 2013. Por contraste, las zonas fuera de estas áreas perdieron 255 millones de toneladas en el mismo periodo, lo que convierte a estos territorios no protegidos en una fuente neta de emisiones de carbono. Esta diferencia evidencia la importancia de conservar y fortalecer estos espacios para mitigar el cambio climático.
El estudio también identificó más de mil áreas específicas que funcionaron como sumideros significativos de carbono, concentradas principalmente en el norte y centro de la Amazonía. Entre ellas figuran el Parque Nacional Chiribiquete en Colombia, la Reserva Indígena Nukak-Maku, el Parque Nacional Sierra del Divisor en Perú y el Parque Nacional Canaima en Venezuela. Sin embargo, muchas de estas áreas enfrentan amenazas crecientes por deforestación y degradación.
A escala nacional, Colombia, Brasil, Surinam y la Guayana Francesa mostraron un aumento significativo de carbono en sus áreas protegidas e indígenas. En cambio, Bolivia y Venezuela experimentaron una reducción considerable, lo que las convirtió en fuentes de carbono. Perú y Ecuador también perdieron carbono, aunque los resultados no fueron estadísticamente significativos. Estos hallazgos resaltan la necesidad de enfoques diferenciados por país en la conservación del bioma amazónico.
En el plano político, MAAP señala que los mecanismos actuales de financiamiento climático, como REDD+, se enfocan principalmente en prevenir la deforestación, sin reconocer ni recompensar adecuadamente la función de sumidero de carbono de los bosques maduros intactos. Aunque existen iniciativas como HIFOR y el propuesto Fondo de Bosques Tropicales para Siempre, aún no se integran plenamente en el mercado ni garantizan apoyo sostenible a largo plazo.
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