Pueblos Indígenas
Alicia Cahuiya: “Las waoranis trabajamos el doble”
Las mujeres waoranis defienden su territorio y cuidan del medio ambiente
Quito- Alicia Cahuiya, la histórica lideresa del pueblo indígena waorani, que habita en parte de la Amazonía ecuatoriana, aseguró que las mujeres de su nacionalidad trabajan el doble, ya que además de dedicarse a las tareas de cuidados, cada vez ostentan mayor peso en la lucha por el territorio y contra el extractivismo.
“Las mujeres waoranis trabajamos el doble cuidando el medio ambiente, reforestando, practicando la medicina ancestral y educando a nuestros hijos para que no destruyan (el territorio) porque desde nuestra cosmovisión tenemos nuestros planes de vida”, aseveró Cahuiya en una entrevista con EFE, en Quito, con motivo del día internacional de la mujer indígena, que se celebra cada 5 de septiembre.
En 2005, Cahuiya fundó la Asociación Mujeres Waorani de la Amazonía Ecuatoriana (Amwae) junto a un grupo de mujeres de esta nacionalidad, que alcanza los 2.000 habitantes, con la finalidad de frenar la caza furtiva sin control en la reserva de la biósfera del Yasuní.
Esta asociación tomó un nuevo impulso cuando en 2016 la extracción de crudo del Bloque 43-ITT, situado en el Parque Nacional Yasuní, entró en funcionamiento y comenzaron las protestas por su cierre. Una reivindicación incesante que llevó a que en agosto de 2023 lograran tras un plebiscito histórico que el petróleo se quede “en el subsuelo”, explicó Cahuiya.
No obstante, la lideresa recordó que el Gobierno ecuatoriano aún no ha cumplido con el mandato de clausurar totalmente este bloque, uno de los más productivos del país: “Están violando nuestra vida y también nos están quitando nuestros derechos al abusar, destruir y matar la Amazonía”, dijo.
Mayores niveles de violencia contra las mujeres
La también dirigente de la división femenina en la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), la mayor organización social del país, que agrupa a todas las organizaciones de indígenas ecuatorianos, aseguró que el extractivismo de recursos naturales tiene graves consecuencias en la vida de las mujeres.
El aumento del cáncer en mujeres por consumir agua contaminada es uno de sus efectos directos, ejemplificó. Asimismo, anotó que, fruto de las tensiones que se generan al interior de las comunidades, también se han registrado mayores niveles de violencia machista, abusos y embarazos no deseados.
En este sentido, reconoció que el pueblo waorani enfrenta casos de violencia de género, sobre todo relacionados con el alto consumo de alcohol entre los varones: “Hay machistas que toman tragos y golpean a las mujeres”, confesó.
Ante esta realidad, Cahuiya explicó que al interior del pueblo se están dando cursos de capacitación para que las mujeres reconozcan estas violencias, se empoderen y denuncien ante la justicia waorani. Aunque enfatizó en que es imprescindible contar con los hombres y la juventud para trabajar en la prevención.
“Nos amenazan de muerte para hacernos callar”
Cahuiya, de 48 años, comenzó a luchar por los derechos de las personas indígenas y de las mujeres en su adolescencia, pero no ha sido hasta ahora cuando realmente ha comenzado a vislumbrar un cambio al interior de las organizaciones indígenas y una mayor apertura a que las mujeres ostenten cargos de gobernanza.
“Si tenemos un liderazgo y una posición muy fuerte, la mujer indígena gobernará la Conaie”, expresó la lideresa sobre este organismo, que en sus 38 años de historia nunca ha estado encabezado por una mujer.
“Las mujeres hemos juntado nuestra voz a la de los hombres y la juventud”, agregó en intento por evidenciar que ya no hay marcha atrás.
No obstante, Cahuiya lamentó que mientras se registran avances en derechos en sus pueblos y el trabajo de las lideresas indígenas de toda América Latina es reconocido por organismos internacionales, al interior de los países sufren señalamientos y un continuo acoso.
“Nos amenazan de muerte para hacernos callar, pero nunca callaremos. Si yo estoy muerta, vendrá más gente a defender los territorios”, exclamó. Es por ello que enfatizó en la importancia de la “unidad de todas las mujeres y jóvenes” indígenas del Ecuador y la región para resistir ante esta situación.
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