Destacado Principal
Medio Ambiente
250 mil hectáreas se han destruido en la Amazonía ecuatoriana en las 2 últimas décadas
El informe de WWF destaca que el 85 % de la deforestación se debe a la producción de palma aceitera, cacao y la expansión de la ganadería
La expansión de la frontera agrícola y ganadera, la minería ilegal y la tala descontrolada son las principales causas / Foto: El Oriente
Quito- El Informe Planeta Vivo 2024 de WWF ha encendido las alarmas sobre la acelerada pérdida de biodiversidad en la región amazónica de Ecuador. Este extenso y vital ecosistema, conocido como el “pulmón del planeta”, se enfrenta a un deterioro sin precedentes debido a la deforestación, la sobreexplotación de recursos naturales, el cambio climático y la minería ilegal.
La pérdida de hábitat en la Amazonía ecuatoriana es uno de los problemas más graves identificados por WWF. En las últimas dos décadas, se han destruido alrededor de 250.000 hectáreas de bosque, un área comparable al tamaño de la provincia de Pichincha.
La expansión de la frontera agrícola y ganadera, la minería ilegal y la tala descontrolada son las principales causas de esta devastación. El informe de WWF destaca que el 85 % de la deforestación en la Amazonía ecuatoriana se debe a la producción de palma aceitera, cacao y la expansión de la ganadería.
Además, las áreas afectadas por minería se han cuadruplicado en los últimos dos años, siendo Napo, Zamora Chinchipe y Sucumbíos las provincias más afectadas. El 90 % de esta minería es ilegal, lo que no solo destruye el ecosistema, sino que también contamina los ríos con metales pesados, afectando tanto a la fauna acuática como a las comunidades locales que dependen de estos recursos para su sustento.
Este escenario hace que especies emblemáticas se encuentre en grave peligro. El jaguar, un depredador clave para el equilibrio del ecosistema, ha sufrido una fuerte disminución. La caza furtiva de jaguares por sus colmillos, considerados en algunas culturas como símbolos de fertilidad y hombría, ha exacerbado esta problemática.
Por otro lado, el delfín de río, tanto el rosado como el gris, también enfrenta un declive preocupante. Estas especies, vitales para la salud de los ecosistemas acuáticos.
De acuerdo con el organismo, los ecosistemas amazónicos son cada vez menos capaces de adaptarse a estas nuevas condiciones climáticas.
La crisis ambiente se agrava por pobreza y la desigualdad en las comunidades amazónicas. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), el 76 % de los hogares rurales en la provincia de Napo vive en condiciones de pobreza por necesidades básicas insatisfechas, mientras que el 19 % se encuentra en pobreza extrema.
En Morona Santiago, el panorama es aún más sombrío, con el 81 % de la población rural en pobreza y el 29 % en pobreza extrema.
Estas condiciones económicas obligan a muchas familias a depender de actividades extractivas no sostenibles, como la tala.
Para el director de Conservación de WWF en Ecuador, Jorge Rivas, es de suma importancia que la sociedad civil asuma un rol más activo en la conservación de la Amazonía. Tradicionalmente, el Estado ha sido el encargado de proteger la biodiversidad, pero los esfuerzos gubernamentales no han sido suficientes para detener la devastación.
“El Estado no es suficiente”, afirmó Rivas, destacando la necesidad de que tanto las organizaciones locales como las comunidades, junto con las empresas privadas, se involucren en la protección de los ecosistemas.
Temas relacionados:
Deforestacion cambio climático minería ilegal provincia de Napo Provincia de Sucumbios Provincia de Zamora ChinchipeSíguenos en: